Mirte van Laarhoven es una arquitecta paisajista y artista neerlandesa conocida por crear obras que fomentan la armonía entre el ser humano y la naturaleza. Sus proyectos tienen fines tanto ecológicos como educativos y fomentan un mayor compromiso con el medio ambiente.
Una de sus obras más notables, Cake for Biodiversity, transforma un tronco de árbol encontrado en los terrenos de CAN REON. El tronco es la base del «pastel», mientras que una vibrante «cobertura» de cerámica representa la presencia humana. Esta funcional escultura está diseñada para albergar un centenar de especies diferentes. Noventa y nueve especies, entre ellas avispas, abejas, escarabajos, pájaros, orugas y hongos, encuentran alimento y refugio en la madera. La centésima especie, la humana, se sitúa simbólicamente sentada sobre el tronco, observando el delicado equilibrio de la vida en lugar de perturbarlo.
Van Laarhoven explica: «Esto crea una sociedad integrada en la que los humanos pueden observar, escuchar y aprender de la naturaleza sin alterar su hábitat».
